Adivina quién es un juego divertidisimo que tienes que ir dando pistas para saber de qué personaje se está hablando.
Preguntas tontería y media acerca de éste y el otro te va diciendo, si, si, no, si...
¿Juegas?
¿Está casado?
Si.
¿Es hombre?
No.
¿Es buena?
Si.
¿Vive en un castillo?
Siempre su casa es un castillo, pues se te recibe con mucho amor.
¿Tiene hijos?
Vaya que los tiene! Gracias Dios que los tiene!...
Iba pensando en medio del tráfico (con el correspondiente lío que se arma en los días de fiesta)... ¡soy madre!
y esos hijos maravillosos que tengo en específico, con su nombre, con su edad, con sus características únicas e irrepetibles... son el resultado de un inmenso amor con una persona específica, (a Dios gracias en mi caso puedo decir que es el mismo en los tres hijos que tengo) osea, traduciendo, si no me hubiera casado (en mi caso también incluyo el matrimonio) con mi marido de nombre y apellido tal, no tendría en este momento (hoy lo recuerdo de manera especial por ser 10 de mayo) la fortuna de ser la madre (progenitora, antecesora, mamá) de mis tres retoñitos que en un parpadeo dejaron de ser acunados en mis brazos para convertirse en todos unos hermosisimos vástagos.
Ayer todavía limpiaba sus bocas a regañadientes de ellos y sonaba sus naricitas con una cara de remilgo (no se por que no les gusta sonarse a los niños) y hoy han cambiado los biberones por "starbucks" (ya sé, muchos estaban pensando en las cubas)...
Todavía recuerdo cuando dialogaban con sus juguetes y esperaban callados a que éstos respondieran dentro de sus cabezas creativas, creando las mejores historias inventadas por cualquiera.
Cuando levantaban sus brazos porque querían ser cargados y re-cargarse del amor que produce el contacto físico de mamá o papá...
Cuando les cantaba una cancion para que recogieran sus juguetes antes de sacar otro montón del cajón de arriba, -o de abajo-.
Hay tantos recuerdos.
La fecha de la boda es lo de menos.
El color de su cabello, irrelevante.
El día en que dijeron sus primeras palabras, pierde mi interés.
Lo que si importa es en lo que acabé pensando antes de que el conductor de atrás comenzara a sonar el claxon con desesperación cuando el semáforo se puso en verde. (¿habrán pasado más de tres segundos?)
Hoy que se celebra a las mamis, quizás estés pensando en que recordé a mi bellisima mamá. (si lo hice, pero en éste momento no era en ella en quien pensaba) En esa dulce mujer que abultó su vientre once veces!!! (Y hay quienes se apuran a la segunda)...
En fin... pensaba que...
Que si no fuera...
¡por mi suegra! (No es exclamación, es una frase sustantiva)
éllos no serían ellos y yo no habría adoptado ese apellido que hoy me hace ser mamá de estos maravillosos hijos.
No me imagino la vida sin ellos.
No creo que brillara igual.
así que, queridisima madre de mi esposo: ¡Gracias!
(Ok, ok... a ti también te doy tu crédito Aurelio, ya sabes que eres el amor de mi vida)
¿Es encantadora?
Si.
¿Te platica historias de su hijo cuando era pequeño?
Si.
¿Cocina bien?
Si.
¿Es abuela?
¡Si!
¿Es feliz?
Si, (eso espero) pues sólo es feliz quien tiene una vida entregada.
A Mari, mi suegrichilina tan ¡tan! querida.
martes, 10 de mayo de 2011
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