Nos hemos fabricado tantas reglas!
¿Quién nos dijo que los caminos al cielo eran rectos?
Observa las flores, las rocas, los arroyos,
los planetas, los ojos de tu hija...
¡el vientre de tu mujer encinta!
Las cosas que llevan vida son curvas...
un abrazo
una sonrisa...
Y todavía creemos que hay blanco y negro,
habiendo una gama interminable de grises en medio...
No es que vote por un libertinaje que destruya el orden establecido
pero si por una libertad que nos permita caminar fluido por un espacio que no ahoga, que no aprisiona, porque nuestro corazón está hecho a imagen de un Dios que es infinito y que nada lo contiene.
Mi verdad...
tu verdad...
Sólo es cuestión de pararme al otro lado del río para darme cuenta que lo que creía cóncavo, es convexo.
Venga, atrévete a vivir una vida sin orillas donde lo único que sea recto, sean las intenciones de tu corazón.
jueves, 21 de julio de 2011
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