miércoles, 27 de julio de 2011

Contando los días...

Estas últimas noches he percibido de manera muy diferente lo rápido que corren las horas.
¡Caray! apenas uno está despertándose y en un parpadeo ya estás acomodando la cabeza en la almohada.
Debo confesar que me dió miedo
Sentí escalofríos ver pasar el tiempo tan acarreradamente.
Hemos de ser sinceros, somos un poco contradictorios. Al amanecer muy pocos saltan alegres de la cama por el nuevo día. Contados son aquéllos que esperan ansiosos el alba para levantarse y ponerse a reproducir la serie de actividades rutinarias que ofrece la vida: aseo, desayuno, trabajo, comida, trabajo, casa, cama.
¡pero somos muchos los que esperamos que llegue la noche para poder descansar! Y luego nos quejamos de que la vida es muy corta.
También es curioso nuestra forma de ver al "otro".
El otro...¡qué demacrado se ve! ¿Te fijas cómo ha engordado? ¡Ya no tiene pelo! ¿Ya viste lo plagado de canas que está?
Y es que nuestro espejo es el mismo que teníamos de recien casados y mágicamente conservó dentro de si nuestra imagen inmutable. (Ah, que delicia y qué suerte!)
Un día.
otro.
otro.
otro.
Si. Siento escalofríos. No puedo evitarlo.
Dejo estos párrafos que me huelen a gris. Tomo un marcatextos para ver si puedo cambiar el tono.
¡mira! ¡es posible!
y puedo colocar cuantos colores desee...
esto me gusta.

Osea que puedo vaciar cubetas de pintura sobre mis miedos...
pues ...¡Eso haré!
por el mometo seguiré contando los dias... pero ahora los cuento para esperar que lleguen días importantes:
la inauguración de aquél negocito que tanto tiempo se ha estado horneando, la oportunidad de mi hija para que viva nuevas experiencias, el próximo ciclo escolar, la llegada de mi amiga...
Y cuento el momento de ahorita, que es al fin el único que tengo,
cuento los segundos presentes...

¿Tú qué cuentas?