Cuántas cosas hacemos al día porque tienen una consecuencia o una razón lógica para hacerlo.
Si comes, es para tener fuerza en el cuerpo y poder gastar energía en movernos; si duermes, es para reponer aquéllo que gastamos en el día; si te bañas, es porque quieres estar limpio y oler rico.
Si te suenas, es ¡porque tienes mocos!
Si tomas agua, generlamente tienes sed.
Hasta si lees, en ocasiones lo haces para aprender algo o tener un rato de delicias.
Pero escribir... lo haces por que sí.
No importa si alguien más lo lee, o si se queda empolvado en el rincón de las letras olvidadas.
No importa si es algo divertido, insulso o tan profundo que tienes que salir de las palabras haciendo esfuerzos para nivelarte, y tu cuerpo pesado, se impulsa de ese lugar como cuando se sale de una alberca. No necesita ser algo que sientes o que anhelas, simpemente es.
Gráfico a gráfico, se va plasmando la historia, la poesía, el chiste o la frase. Lo que haga después el lector con ella, no importa.
Y esa razón sin razón de la escritura, es a la vez tan fabulosamente liberadora que es casi imposible resistirse a sus encantos.
Te animo a tomar la pluma y escribir.
Escribe tu vida,
escríbele a tu vida,
escribe lo que ves,
o lo que sientes,
o lo que no sientes;
lo que te asombra, lo que te aburre; en lo que crees, lo que imaginas;
aquéllo que sueñas, lo que anhelas o necesitas;
plasma lo que ya posees o las fantasías que nunca tendrás.
Hazte niño o adulto,
con lápiz
con pluma
con las teclas de la computadora que crean música al ser usadas...tic tic tic tic
en cuadernos nuevos
en viejos
en papeles sueltos que se guardan en el fondo de una bolsa revuelta
hazlo como quieras y donde quieras,
pero no te prives de hacerlo.
anda,
lo que no escribas tú, nadie lo hará.
haz que nazcan esas nuevas palabritas, quién sabe, si al darles vida, descubras la tuya también.
miércoles, 29 de junio de 2011
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