domingo, 27 de febrero de 2011

No todo, no todo...

Que las enfermedades generalmente provienen de bloqueos de energía causados por emociones sin manejar... y ya sabrán, todo el trabajo interior que tuve que realizar para entender de dónde y desde cuándo había llegado este oxidamiento de las visagras que traigo. Que si no fluir, que si no aceptar, que si la madre del muerto y la muerta que está hasta la madre y todas esas cosas...
Tan fácil que hubiera sido haber tomado un desinflamatorio desde el primer día que padecí los síntomas (¿se fijan que estoy hablando como toda una médica?) pero ah no. A rascarle al subconciente.
De todas maneras sirvió. Descubrí cositas que tenía por ahí venidas a menos y que quieras que no influyeron a que esa parte de mi cuerpo estuviera más vulnerable a la pesquiza de dolores, pero yo sigo con un profundisimo dolor de codos.
La doctora que me revisó me preguntó (no si estaba pasando por una situación angustiante ni nada por el estilo) si había estado haciendo movimientos fuertes, rápidos, pesados o bruscos y que luego por alguna razón me haya enfriado.
Ahhhhh era eso.
Bueno, por esta vez se la compro.
Y aprendo a que las cosas no son siempre blancas o siempre negras.
Qué gama más variada de razones hay en este mundo nuestro.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Mr.Chong

Al esposo de esta dulce chinita, le fastidié la espada. Habrá quienes ya la conozcan y sepan en dónde está colocada: una repisa a la que hay que prenderle la luz girando un botoncito que está en un lugar imposible de alcanzar para un simple mortal. ¡Cuánto más inalcanzable para una niña de 8 años!
Pues ahí voy.
De puntitas me alargué lo más que pude para iluminar a la pareja de ojos jalados y que descansaran sus alargadas sombras sobre el mueble.
De repente el crack.
La cámara lenta que graba los accidentes me mostró la imagen de Mr. Chong furioso porque había descuartizado su arma de defensa.
¡Y ahora quien me iba a defender a mi de la ira de mi papá!
Pues a mi defensa, si mal no recuerdo, salió mi hermana Marce, que (¿por primera vez?) acariciaba mis coletas rubias y me decía, no importa, no pasa nada... (Aunque su cara no me decía lo mismo).
Después tuve que enfrentar la realidad. (Con todo y el sudor de manos, las mariposas en el estómago, el nudo en la garganta...) Ir y decir... ¿a quién le digo!? mi delito.
Pues por supuesto. Acudí a mamá.
Al final Mr. Chong se reparó. Su arma no serviría para combatir en ninguna guerra sin provocarle la muerte, pero a mí me sirvió para darme cuenta que ningún error es irreparable y menos si cuentas con alguien que te quiere bien.

martes, 22 de febrero de 2011

* heLLo *: IF YOU COULD

* heLLo *: IF YOU COULD

Luna llena

Una de las técnicas usadas por los terapeutas es el desague. Permites que el cliente hable y hable y hable dejando que drenen las emociones, las positivas y las desfavorables.
No importa si unas ideas no empaten con las otras, lo necesario es que salga a flote desde el fondo del subconciente aquello que estaba estancado. Algo más o menos como lo que voy a hacer:
Después de la comida pregunté unas opiniones acerca del libro que escribo. Nada mejor que pedir asesoría cuando te encuentras atorada en la página doblada. Una idea aquí, otra idea allá y de repente te empiezan a surgir nuevas ideas que quisieras escribirlas cuanto antes para que no pierdas ninguna. Son las pequeñas grandes palancas en el trayecto literario. Así como cuando te refugias en otros autores para que una frase te de pie a desarrollar la trama. Hablando de pequeñas grandes cosas, me viene a la mente mi hija menor. Desde que tenía 7 años mi queridisimo esposo la llamaba mi pequeña-gran Marijó. Ayer tuve una plática un tanto subida de tono no por el volumen sino por el contenido. Y es que a veces cuesta más hacer que retomen el sendero que consideras que es el más adecuado, que permitirles que sigan haciendo lo que hacen, para seguir en ese estado cómodo de indiferencia e ingenuidad que tanto nos caracteriza.
(A algunos padres, a muuuy pocos) El sólo hecho de ver la forma en que reacciona ante las "reprimendas" basta para entender el por qué de su pequeña grandeza. Anhelo ser como niña. Anhelo la sencillez del alma cándida. Otra cosa que me viene a la mente es el que los hijos nos proporcionen tantas gratificaciones. (Y tantos dolores de cabeza, para qué negarlo) A tal grado que se pueda decir: "eres la razón de mi existencia". Eso casi siempre lo decimos por un hijo. ¿Qué cosas no hacer por aquél ser que nació de tus entrañas? Acabas pasando por alto los menosprecios y las faltas que necesariamente llegan con la adolescencia y el dolor que provoca aquél ser que un día fue la causa de tus desvelos, se va atenuando con la sonrisa que provocan sus logros y sus alegrías. ¿Se podrá sentir lo mismo por una madre? Es decir, me pregunto si aquello que sentimos nosotros por nuestros hijos sea de algún modo retribuido de forma inversa. Lo dudo. Aunque el cariño por una mamá sea grande, muchas veces la misericordia acaba teniendo medida, pero por un hijo se lo da todo. Cómo quisiera estar en una mesa panel donde hubiera diferentes opiniones y me enriqueciera con otras respuestas. Me conformo con la mía por el momento. A propósito de paneles, me he acordado mucho de mi padrino Tomás. (El podría llamarse el gran-gran Tomás) ¿Qué será de él?
Esta semana pasada tuvo grandes avances. Fueron unos días llenos de contenido y de crecimiento. (Ah, por cierto, crecer duele) Dolor, dolor... ya no he tenido la molestia aquella en la muela. Ni lavarme los dientes con cuidado hacía que no se me estremecieran todos los nervios de la encía. ¿Crees tu que tenga algo que ver la luna? ¿Te haz puesto a ver, de forma conciente, todo lo que sucede cuando sale la luna llena?

jueves, 17 de febrero de 2011

Carne y hueso...

Me encanta encontrarte en el FB. Más si tus comentarios son de éstos que te endulzan el paladar o te sacuden una carcajada. Es verdaderamente un placer. Ayer me comentaba una persona (muy) adulta que no le parecía nada agradable la pérdida de la intimidad que se producía en esos espacios ciber-sociales. Con la pena, le dije que me parecía que se estaba perdiendo de encuentros maravillosos. ¡De lo que me he enterado por Dios!
Esta no es una entrada de mi blog. Es un telegramilla, solo para decirte que me gusta verte por Internet, pero más mucho más me gusta cuando te encuentro en persona.

martes, 15 de febrero de 2011

Las matemáticas parte I

-36+48 mas menos 15...
Ecuaciones de Y2 / X-raíz cuadrada de 29...
Por más que quiero meterme en el mundo numérico, ellos al verme me dan un puntapié que me saca disparada al mundo de las letras.
Es la maravilla de la vocación o la desgracia de no haber desarrollado ese lado del cerebro. No sé.
Antes, me pesaba en mis calificaciones, ahora me pesa en las de mis hijos,
y no porque lo haya heredado (que de todos modos creo que si) sino porque se han acercado a mí para obtener aunque sea un poquito de ayuda y lo que se acaba quebrando es mi cabeza.
Ah qué los "quiebrados".
Ahora que vi a mis hijos estudiando con amigos,  tuve tiempo de recordar aquellas tardes inerminables frente a un pizarrón con la pintura verde ya un tanto desgastada, colocado entre las dos camas que había en mi cuarto. Puesto en el piso, para poder sentarse cómodamente a estudiar.
En el centro de este didáctico objeto, trazábamos una linea en el centro, para dividirlo exactamente en dos. Al final de esa raya (bastante derecha para no haber comenzado los estudios de dibujo técnico) poníamos una flecha y un letrero imperativo que decía : HERE.
Here se convirtió posteriormente en el nombre propio del borrador, que tenía que estar colocado exactamente en ese lugar... Here; no aquí, de mi lado, no allá del suyo... sino en medio: HERE.
Luego, como era de esperarse en dos adolescentes que gastaban tooooda su energía en el estudio, nos daba hambre. La cocina era nuestro destino y asaltábamos la despensa justo donde estaba el pan dulce "el panqué" y unas mantecadas acababan en el fondo de nuestro hambriento estómago. Entre suma, resta, fechas históricas, ilustraciones gráficas de nuestro repaso y decenas de repeticiones de las frases que escribíamos, había una buena cantidad de bailes y cantos. Qué gusto le habría dado a "Don Mati" haber sido nuestro maestro.
Parchís chís chís... y luego una coca helada interrumpida por varios telefonazos para pedir o dar la tarea.
Ahhhh y los viernes....
Los viernes de fiesta...
Esos vestidos de tafeta, ampones y ciertamente ridículos, nuestras tiaras en la frente, las gummies en los brazos, los warmers sobre los pantalones... el super punk.
Los bailes, esperando (antes sí se usaba esto) que te sacara a bailar el niño aquél que tanto te gustaba. Verlo acercarse... ¡Verlo que no te sacaba a tí sino a la de al lado!
Aguardar  que tocaran las "pegaditas"...¡Por favor que me saque!
Platicar una y otra vez lo que hiciste, con quién bailaste, qué vestido te pusiste... o qué te pondrías en la siguiente...
Amarrar el fajo de tu uniforme con el de tu amiga, y con ótra y ótra... Tirarte a la alberca con éste y aún con los zapatos. Esconderte en los libreros y colocar mochilas frente a tu comprimido cuerpo para que no te descubriera la coordinadora. Pedir prestado (YNUNCADEVUELTO) "un peso" para completar el costo de una tostada o una dona...
reír juntas
reír juntas
reír juntas
Un grito de "mamiiii, me explicas...." despavila mis memorias.
Ayer fué día de la amistad. Nunca me han gustado esas fechas compulsivas. Pero he tenido un verdadero gozo en recordar a aquélla que ha sido mucho más que una amiga.
Te extraño sis.

lunes, 14 de febrero de 2011

Solo Tú que conoces lo que hay dentro, muy dentro puedes saberlo todo.
Tú que escudriñas los rincones más oscuros y los pensamientos que aún no nacen en nuestras neuronas.
Tú que sabes si nuestra cara muestra una mueca alegre, cuando lo que quisieramos es llorar,
solo Tú puedes hacerme el favor
de llegar a ese lugar
y tocarlo y calmarlo y limpiarlo
y equilibrarlo y llenarlo de paz.
Ve, Espíritu.

domingo, 13 de febrero de 2011

¡Aprovechen! descuento en inscripciones...

Estimada familia fulanita de tal:
Por este conducto les damos el cordial saludo y le recordamos que para poder ingresar al cielo la condición es pasar el examen de la caridad. (Entre ustedes principalmente).
No nos interesa demasiado las funciones que hayan realizado en su vida, ni tampoco si consiguieron tener una casa propia. Lo que nos importa en realidad es el contenido interior de cada uno de sus integrantes.
Le recordamos que no hay trámite de becas.
Si tenemos límite de tiempo.
Las membresías fueron pagadas por un carpintero, hijo de María, hace dosmil años, y son vitalicias.
Procure entonces, amar lo más perfectamente que pueda y olvídese del resto.
Quien lo dice, tiene certificado Honoris Causa.
Para contactarnos solo diríjase con confianza filial y le atenderemos como se merece.
No se necesita pasword ni contraseña. Tu nombre nos basta.

Atte. Consejo Trinitario.

sábado, 12 de febrero de 2011

Viejo mundo

La luz de la vela parpadeando mientras el aire fresco de la tarde entra por la ventana y la zarandea creando sombras amorfas en la pared.
Intentando crear un texto lo suficientemente largo sin la necesidad de colocar puntos o comas...
Mejor dicho espantando de mi mente el recuerdo de tu olor y el delicioso sabor de tu boca que extraño como si me hubieran secuestrado la sonrisa. Tratando de escribir algo que distraiga mis ideas de tí y de tu agradable compañía una tarde fresca de sábado.
Me doy cuenta que siento. Sentimientos que defino como desagradables.
Ni alcancé a oir el ruido del cierre de la maleta que tanto me disgusta. Esta vez no me dió tiempo más que de decirte "BuenviajeamorqueDiostebendiga"...y ya te extraño tanto.
Mientras te espero aqui sentada escribiendo lo primero que me venga a la imaginacion sirve que asi se me olvida por un momento que quererte tanto hasta me duele.

jueves, 10 de febrero de 2011

Sound of silence

Hice un parón esta mañana intentando llegar a mi centro, donde hay muchas voces.
Me sorprendí de la cantidad de movimiento que hay en el mundo.
Si te concentras lo suficiente, escuchas los coches que muy a lo lejos intentan desplazarse a su destino, cargados de gente con prisa. Escuchas el llanto de algún bebé que pide su alimento a la mamá que quizá continúa dormida. El golpe de un objeto al caer, el grifo del agua del vecino llenando su cubeta, los pájaros trinando en comunicación de un árbol a otro...
Por allá un martilleo de una construcción.
Y luego el silencio
como si se detuviera el tiempo.Entonces comienzas a escuchar el sonido del silencio
ese vibrar suave de moléculas,
tu respiración
tu mismo palpitar.
Me gustaría escuchar el sonido que producen las patitas del conejo de Marijó, el susurro que provoca el crecer de una hoja, la música del sol cuando atraviesa una rama...Y ver a través de lo invisible.
Me conformo por el momento con poder guardar silencio
para escuchar lo que me dice el corazón.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Introspección

Volteo hacia la derecha
hacia la izquierda.
Miro queriendo encontrar,
el hoguío abraza mis pulmones
Las espectativas fallan, se quedan cortas, muy cortas.
El silencio y los grillos
que aprovechan el chirriar de sus patas.
Los colores pierden su intensidad
los sabores se vuelven insípidos y yo sigo en mi búsqueda.
Ya son muchos años.
Una lágrima se asoma trémula y cae rozando la piel aduraznada
Un ruido sordo me llama
desde dentro....
No te preocupes, aquí estoy.

Y ¿De qué te privas?


Privarse de algo es una especie de regalo enmascarado.
Es decir, cuando estás decidiendo dejar algo, lo que sea, se va formando dentro de nosotros una especie de fortaleza (de castillo) que al final, acabamos siendo nosotros quienes disfrutamos de ella.
Ayer te compartía mis regalos.
Hoy no te voy a hablar de mis privaciones. Pero quiero poner el punto a discusión.
El caso, no es privarte de algo por el mero hecho de hacerlo, sino por hacer algo por el otro.
La hermosisima alteridad.
Me puedo negar el pedazo más grande del postre favorito de mi esposo, para que él lo disfrute, no para que yo no engorde. Me puedo privar de ver el programa que me gusta de decoración, porque sé que a él le aburre. Puedo no escuchar siempre la música que quiero, cuando mis hijos suben al coche, por el sólo hecho de que ellos disfruten un poco de lo que les gusta. Y me privo de una mala cara. Y me privo de la crítica. Y al dejar de hacer ésto o aquéllo por un bien mayor, ¡qué regalo!
Dentro, construyendo ladrillo a ladrillo la ciudadela de mi persona.
Poseyendome.
Autodominándome.
Quitando de mi vocabulario la palabra frustración y sustituyéndola por la palabra TU. Para tí. Te lo doy.
Hay que aprender a desaprender.
También eso te mereces.

martes, 8 de febrero de 2011

¿Que te regalas?

Aunque no sea mi cumpleaños me encargo de regalarme algunas cosas al día. Son esos pequeños alicientes que endulzan (o salan) la vida. Esa que se va tan rápido que en ocasiones ni la percibimos. (Si, me he puesto romántica estos días al caer en cuenta que en doce años -a lo mucho- estaré con mi esposo como cuando nos casamos. Solo él y yo... mis hijos, espero, habrán tomado su propio camino)
Platicando de ésto, me preguntaba cómo toman ésta etapa de la vida quienes no tienen un sentido de vida, unos proyectos que valgan la pena, una vida de pareja sólida y fuerte.
Mientras más equilibrada esté tu vida, mayores herramientas tendrás para recibir la crisis, que tarde que temprano llegará.
Bueno, a lo que iba.
Mi intención es que observes si tu vida es lo suficientemente armoniosa para embatir con todo, los sinsabores que ya de por sí trae con sigo la jornada. Y para ello, qué mejor que aderezarla con alegri-itas como estas: Mi clase de zumba. Aparte de que mi maestra nos saca los demonios internos a base de brincos y sudores, es un gozo bailotear en compañía de amigas, nuevas y no tan nuevas (en todos los sentidos) y acabar tan cansada y a la vez tan energizada que ya estás esperando el día de la próxima clase.
Mi rato de compu: Al principio era entre coraje y susto ver los mensajes en FB llenos de faltas ortográficas de esas que te duelen los ojos. Ahora las disfruto. Ahora penetro en la personalidad de cada uno de mis amigos con cada comentario que hacen y con sus silencios. He llegado a apreciar "de verdad" a gente que tengo tan lejos. Mi coca helada mientras escribo: Ya que. Algún vicio había de tener. Si algún día aparecen los 12 pasos de cocacolos anónimos, seré la primera. Pero ese vasito sudado esperando que mi boca le dé un sorbo, mientras oigo el tic tic tic de las teclas emocionadas, no tiene par.
Los otros regalitos del dia los dejo en el anonimato, por ser muchos y para que no creas que soy una mano parlanchina que lo cuenta todo.
Aquí el fondo fondo de todo, es meterte el gusanito. Ándale. Regálate algo. Lo vales.

domingo, 6 de febrero de 2011

Y todavía no te vas...

He decorado mi oficina con girasoles. Trato de ponerme "amarilla".
Nada.
Es en las coyunturas donde se manifiesta el dolor. Rodillas y codos.
Caray, que sabiduría la del cuerpo, y de quien ha podido descifrarlo.
¡A fluir! me grita la energía secuestrada en los rincones.
Nada.
Rigidez en la vida, rigidez en el cuerpo.
Y es que me cuesta tanto hasta solo pensarlo... Me lo dicen por ahi, por allá y yo hago oidos sordos.
No te vayas. No te vayas.
Aunque sea, déjame decirlo en el silencio de estas palabras. Siento que me desgajo y por ello
para evitar el desgarrón, aprieto mi esqueleto y mis esquemas.
Ni modo. hay ocasiones que no todo es luz. Hoy es un día de esos y me alegra poder decirlo.
Como duelen los adioses.
Como duele crecer.

sábado, 5 de febrero de 2011

Solo por el placer

El Dios de la alegría se fijó en todo.
Nos ha dejado un delicioso legado que he de agradecerle.
Cosas deliciosas que se paladean con los sentidos y con el alma. (Creo que el alma da vida a los sentidos o que el alma vive en ellos, da igual) Repaso los primeros que se despiertan en mi memoria.
Las sombras de las hojas vistas hacia el cielo. Y las mismas, pero en el atardecer.
Una muy caliente taza de café (Como la que me preparó ayer mi vecina... ¡ahh!) acompañada del olor de unas galletas recién horneadas.
Llegar a tu casa y tirar los zapatos para ponerte unas pantuflas viejas. Amanecer con el canto de un pajarito que se coloca en sólo Dios sabe que rama cercana. Ver llover. Tocar la arena tibia con los pies.
Una caricia sorpresiva de quien amas y el suave roce de las manos de tu hija mientras peina tu cabello.
Observar la textura de un óleo. Recibir una respuesta de tu mascota. Abrir un regalo. Un abrazo. Una buena prosa. Una clase de baile y bañarte en sudor. Un tiempo de oración. Una buena carcajada.
Y podría seguir la lista.
Interminable.
Aquí dejo un record milimétrico de algunos gozos, sólo por el placer de escribir.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Página 356. Segunda frase.

¿Eres lector de Masika?
Ok.
Ve por tu libro. ábrelo en la página 356.
Lee despacito.
Segunda frase.
No. No leíste mal. Repasa la frase nuevamente.
¿Has entendido?
La no-luz pretende lo contrario. Para que envueltos en la oscuridad vayamos cubriendo nuestra alma con una capa dura que impida convertirla en humana.
La frase aparece varias veces en la página, no es un error. (No como otros que si lo son) Es una insistencia.
Y no es mía.
Y quien te lo dice
tiene palabras de Vida.
No olvides pues, eso, durante este día. Presisamente hoy que nuestro país tiembla.
Página 356. Segunda frase. ¡Viva Mexico!