viernes, 15 de abril de 2011

matemáticas puras.

ni ganas ni tiempo de poner mayusculas, acentos o cuidados gramaticales. a lo que voy. ( y antes di que me pongo a escribir, estoy muerta de cansancio) el caso es que quiero hablar de un asunto matematico-filosofico que vengo rumiando hace aproximadamente unos cuatro minutos quince segundos.
me puse a pensar en lo que hace el paso de las horas en el ser humano. (no estoy pensando en los bultos bajo los ojos ni en los "organos" desacomodados ni tampoco en las incomodisimas y muy poco esteticas canas que se distinguen levantandose de los demas cabellos que permanecen en su lugar, afirmando como antenas que ya no eres para nada una jovencita)
mas bien pienso en lo que hace el paso del tiempo en el corazon.
observando de manera muy detallada las etapas del hombre, descubrí que el recien nacido - recien salido del amor de Dios- es un ser pacifico, sencillo, vulnerable, tierno y purisimo. van acumulandose semanas en tu experiencia y te vuelves calculador, remilgon, pelionero... vas perdiendo un poco lo que el contacto con la Vida te dejo. (no me quedo mas remedio que poner Vida con mayuscula.... no se me vaya a confundir el lector...) aun siendo niños, vamos perdiendo ese que-se-yo. ni que decir. el tiempo tambien tiene sus cositas buenas, para que negarlas. pero no me detengo ahorita en esas porque de verdad estoy cansadisima. lo curioso es que mientras mas te vuelves a acercar a la fuente de Vida, -como por ejemplo, al hacerte anciano y estar por regresar a casa- nuevamente te haces pacifico, sencillo, vulnerable, tierno... y hay quien limpia su corazon. entonces no es el tiempo. no es el 1+1+1+1+1+1+1 de los dias. es la cercania del padre. ¿opinas igual?
la proxima vez procurare no estar tan cansada para honrar la gramatica castellana.
hasta al ratito.

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