miércoles, 13 de julio de 2011

Cúmulos

Cúmulos, estratos, nimbos y cirros. Es algo que no he podido olvidar casi con la misma tonadita que lo aprendí hace ya treintaytantos años. Mi mamá me decía: "lo que bien se aprende no se olvida".
Caray! ahora entiendo por qué se me olvidan tanto algunas cosas. No acabo de aprenderlas.
Y la vida, la hermosa Vida se encarga de darte lecciones consecutivamente hasta que apruebas el examen; la Vida te quiere ver crecer. Quiere otorgarte la medalla.
Y viene una pruebita...
¡cuidado y se nos haga grande, pesada o larga! porque "malmodientes" le damos la espalda y dejamos ir la oportunidad de dar un paso más en donde el camino nos acerca a la meta.
A propósito de cúmulos, hoy los siento abotagados en mi pecho.
¿Qué me querrán avisar, conjunto de nubes aprisionadas?
La sabiduría de mi cuerpo me indica que algo hay que se debe modificar, que se estuvo guardando basura que podía ser reciclada.
Déjame volver a mis clases de geografía.
Observo el cielo y veo el movimiento del vapor acumulado cambiando continuamente de forma mientras yo reposo acostada en el pasto mirando hacia arriba.
Así llegan y así se van.
Algunas dejan lluvia a su paso, y con ella florecen los campos.
Otras no. El viento es demasiado y ni siquiera alcanzas a ver nada de ellas porque se esfuman al instante.
Ni sombra ni pena.
me quedo con la lección intentando aprenderla de una buena vez.
Mientras menos me apegue a personas, cosas o circunstancias (que al fin y al cabo son como nubes) más podré aferrarme a lo que realmente importa.
El que tenga oídos...

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