sábado, 2 de enero de 2010
Año nuevo... ¡que traillado!
Me gusta pensar. Soy de las personas que se descubre por las mañanas dando vueltas a una idea como si fuera la prolongación de un sueño.
Uno de los pensamientos que me lloviznó por estos días, fue la de saber que realmente me causa cierto "estupor" la celebración del año nuevo. Y es que esto del tiempo es tan relativo. Sin querer hacerla de Einstein me parece que celebrar esta fecha es algo realmente irrelevante. Veía los noticieros en donde mostraban cómo cada país festejaba la noche del 31 y los gastos y preparativos que hacían para ello, y no dejó de provocarme un sabor amargo en la boca.
Si, soy un poco rara.
Fue algo así como ver la parte irracional del hombre, aunque quizás no debería de verlo así y entender que es una celebración social que une a la humanidad.
¿Será?
El típico propósito de año nuevo; propósito que generalmente se olvida al decimo octavo día.
Sin querer parecer que este texto tiene sabor a chocolate oscuro, lo que realmente quiero expresar es que todos los instantes vividos son nuevos. me encantaría invitarte a que experimentes la alegría del momento a momento, que se va dejando huella si te atreves a mirar atrás. Te invitaría a que cada mañana fuera realmente nueva y que te animes de una buena vez a fluir con la luz, dejando atrás las cosas que te atan y te hacen desgarrarte. Tu jalando para arriba y ellas jalando para abajo.
Mi propósito hoy es hacerme ese propósito a diario. Así, sin que suene trillado.
Feliz hoy nuevo para todos.
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