Ya lo sabías.
No es que te volvieras traidor de repente,
Tus traiciones nacieron tiempo atrás.
Como bufón de palacio te enmascarabas
mientras escondías debajo tu otra cara.
Un día le amabas
Al otro simplemente le negabas
¿cómo pudiste soportar su mirada?
No finjas,
No pudiste
Esas pocas monedas te quemaban
Pobre Judas.
sábado, 2 de enero de 2010
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